jueves, 22 de enero de 2009

Miedo

"Sin lugar a dudas". Sus ojos se estrecharon ligeramente - no de forma sospechosa, pero de una manera extraña con preocupación. Estiró su mano a través de la mesa otra vez, despacio y deliberadamente. Retiré mis manos una pulgada de distancia de ella, pero no hizo caso de ésto, determinada a tocarme. Sostuve mi aliento - no debido a su olor ahora, pero debido a la tensión repentina, aplastante. Miedo. Mi piel la repugnaría. Ella se escaparía. Entonces cepilló la yema de sus dedos ligeramente a través del dorso de mi mano. El calor de su toque apacible, dispuesto, no se pareció a nada que alguna vez haya sentido. Esto habría sido el placer casi puro, excepto por mi miedo. Miré su cara como ella sintió la piedra fría de mi piel, todavía incapaz de respirar. Una sonrisa levantó las esquinas de sus labios.

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